Correr y fumar forman una peligrosa pareja. El tabaco perjudica tu salud, seas o no deportista. Pero, si eres corredor, ¿qué sucede realmente?
Fumar mata. Esta afirmación la podemos encontrar en cualquier cajetilla de cigarros o de tabaco de liar. Sin embargo, a pesar de la gravedad que reviste esta frase, muchos fumadores continúan negando que exista una amenaza seria para sus propias vidas. Practicar deporte con regularidad no te exenta de padecer enfermedades vinculadas al tabaquismo. Este hábito no solo perjudica tu condición física, sino que también desencadena un sinfín de patologías en el organismo. Como punto de partida, esto debe quedar muy claro.
Esta publicación no pretende ser una aburrida guía sobre cómo dejar de fumar. Para ello, ya existen otras páginas en las que puedes encontrar mucha información sobre este asunto. puedesdejarlo.es es una de ellas. No obstante, vamos al grano: ¿Es compatible correr y fumar? Y concretamente, ¿cómo influye el tabaco en la vida de un corredor? Continúa leyendo y lo sabrás.
Fumar genera un impacto negativo sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular. Los atletas sufren un descenso de la función pulmonar porque el cuerpo no recibe la cantidad de oxígeno que necesita. Como consecuencia, se atenúa el rendimiento físico y la resistencia durante el ejercicio.
La sarcopenia es una dolencia muy común entre los consumidores de esta droga legal y radica en la pérdida involuntaria de masa muscular. Como ya hemos expuesto anteriormente, las principales sustancias tóxicas del humo del cigarro aminoran el área pulmonar. Por ello y al no recibir oxígeno suficiente, el músculo se debilita.
Fumar también disminuye los niveles de glucógeno e insulina. Estos dos parámetros resultan clave para recuperar el músculo después del entrenamiento y que, al verse alterados, nos llevan a sufrir fatiga muscular y, por tanto, un riesgo más alto de lesiones.
En este repaso no podemos obviar los perjuicios que el tabaco ocasiona en el cartílago. Las sustancias nocivas que este contiene amenazan el correcto funcionamiento del tejido encargado de proteger tus huesos y articulaciones.
Por si fueran pocos, continuamos dándote motivos para apagar el cigarrillo. Numerosos estudios demuestran que el tabaquismo acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias principales y genera arritmias. El sobreesfuerzo que debe realizar el corazón para funcionar puede provocar una insuficiencia cardíaca, o lo que es lo mismo, un infarto de miocardio.
Para concluir este capítulo negro en la vida de un corredor fumador, debemos puntualizar que fumar antes de entrenar aumenta el riesgo de padecer una muerte súbita, que en el caso de no recibir atención médica inmediata, concluye con el fallecimiento del paciente.
En definitiva, correr y fumar forman una peligrosa pareja. Es mejor siempre dejar de hacerlo antes de aventurarnos en el apasionante mundo del running. Correr puede ser una buena opción para motivarte a abandonar este estúpido vicio y no engordar ni un gramo. Presiona aquí y obtén las claves. Decir adiós al tabaco ahora depende solo de ti.